“Queremos hacer el mejor Mundial de la historia de Ecuador”: Beccacece habló con Olé
En una entrevista a fondo con el diario deportivo Olé, el director técnico de la Selección Ecuatoriana, Sebastián Beccacece, compartió su mirada sobre el presente, futuro y la identidad que está construyendo junto a La Tri. Con una convicción profunda, aseguró que el objetivo es claro: hacer el mejor Mundial de la historia de Ecuador.
“Tenemos la responsabilidad de construir ese sueño con humildad, pero sin miedo. No es una obligación, es un deseo colectivo que nos motiva a trabajar todos los días.”
Cambiar la historia
Beccacece reconoce que Ecuador no parte con el favoritismo de las potencias, pero justamente en ese lugar encuentra la inspiración: “Así como Rumania en el 94, Croacia en el 98 o Marruecos en 2022, Ecuador también puede marcar una época”.
Destacó que, más allá de los sueños, el proceso se construye con trabajo diario, toma de decisiones valientes y mentalidad: “Hemos sido protagonistas en el llano, con Brasil, con Colombia… Somos el equipo que más puntos ha sacado de visita y el arco menos vencido. Todo eso nos habla de carácter”.
El caso Darwin Guagua: convicción por encima del ruido
Uno de los momentos más destacados de la entrevista fue su reflexión sobre la citación y debut del juvenil Darwin Guagua, una de las decisiones más comentadas de su ciclo. Beccacece explicó el proceso con claridad:
“Desde el primer día en que lo vimos entrenar, nos cautivó su comprensión del juego, su capacidad para tomar decisiones en espacios comprimidos, su desequilibrio. Se ganó el lugar con lo que mostró en los entrenamientos, no por una apuesta al azar.”
El DT recordó que tras el partido contra Venezuela, algunos jugadores no ingresaron bien desde el banco, y eso lo llevó a enviar un mensaje claro: quien entrena al máximo, quien está listo, puede jugar, sin importar la edad.
“Muchos vieron ruido afuera, pero nosotros vimos claridad adentro. Darwin fue titular en Chile, en un contexto adverso, y respondió. Hoy es titular en Independiente del Valle, hizo goles y asistencias. El tiempo dio la razón al trabajo.”
Beccacece también se refirió al debate generado por su decisión:
“Lo preocupante no es la crítica futbolística, sino cuando se pone en duda la integridad. Nuestra única agenda es el rendimiento y el crecimiento del fútbol ecuatoriano. Apostamos por los jóvenes porque creemos en ellos y en el legado que queremos dejar.”
Liderazgos compartidos
Beccacece habló con orgullo del regreso de Enner Valencia y el crecimiento de Hernán Galíndez. Ambos, pilares de esta nueva etapa. Enner, por su capacidad goleadora y su historia de esfuerzo; Hernán, por su carácter resiliente y compromiso.
“A Enner lo llamé el primer día. No para convencerlo, sino para invitarlo a reencontrarse con su mejor versión. Lo rodeamos, distribuimos responsabilidades y hoy vuelve a disfrutar. Galíndez, por su parte, es un arquero que transmite liderazgo silencioso, serenidad y compromiso. Ha sido decisivo.”
Una selección con identidad
El técnico valoró la evolución colectiva del equipo. “Hoy La Tri corre más que antes, juega más, propone más. Jugamos afuera como en casa. Eso es construcción de identidad”.
Y enfatizó: “Si tengo que elegir, prefiero siempre protagonizar. Pero también hay que saber defender, resistir, adaptarse. Por eso entrenamos cada contexto y cada momento del partido. No somos sólo reacción, somos propuesta”.
Una conexión real con Ecuador
Más allá del terreno de juego, Beccacece habló de su vida en Quito, del equipo humano que lo rodea en la Casa de la Selección y del ambiente que han logrado construir:
“Hemos generado una energía muy linda. Trabajamos con respeto, cercanía y vocación de mejora. Se han hecho obras, hay una sala de video nueva, mejoras en canchas, en habitaciones. Todo suma para que el jugador sienta que está en un lugar que cuida los detalles.”
“Soñar no es una obligación. Es un privilegio.”
La entrevista concluye con una frase que sintetiza su filosofía:
“Soñar con ser campeones del mundo no es una carga, es una motivación. No hay obligación, pero sí convicción. Y si nosotros no creemos en eso, ¿quién lo va a hacer?”